DIME TÚ
Soy
fuerte y a veces dicen los demás que un poco valiente, pero hay días o épocas
en las que necesito como el comer que alguien me abrace y me diga que no va a
pasar nada. Con hacerme ese simple gesto, me alimenta lo suficiente como para
poder seguir adelante, para poder cuidar a los que me cuidan y colaborando en
la medida de lo posible. E intentar ser útil para los demás en todo lo que
pueda, porque si lo hago por mí pienso sque también lo estoy haciéndolo por los
demás.
Dime
tu: que cuando falle en algo no te vas a enfadar tanto, créeme que si lo haces
me vas a poner más tenso por lo que la
tarea que tenga que hacer me va costar siete veces más.
Dime
tú: que no vas a llorar, no soporto ver a nadie así, si lo haces me va a doler
cien veces más que a ti. Y después por la noche, mi almohada no va a poder con
tanta lágrima. Porque soy incapaz que nadie me vea llorar en público.
Cada
fracaso que tenga yo sé que te duele más que a mí, prefiero mil veces que no me
veas . Así pienso que te hago sufrir
menos.
Es
para mí muy doloroso, cuando ves a otras madres como tienen a sus hijos guapos,
sanos, y muy listos y tu no.
Ante
eso yo no puedo hacer nada, me hunde profundamente. Y me hace una inmensa frustración,
me hace sentirme distinto a los demás.
Que yo sé que lo soy, pero me hace coger complejos que yo antes no tenía.
A
todo aquel que no me comprenda o no quiera hacerlo, le invito a que se ponga
pruebe el traje que siempre he llevado y después de 24 horas ya me contará como
le ha ido.
Yo
nunca he culpado a nada ni a nadie estar así, básicamente no he conocido otra
cosa. Pero si le pregunto a la vida porque permite cosas así, a veces pienso
que estoy pagando un precio muy caro estar en la vida.
Cuando
no he tenido un buen día y me voy a la cama, solo me queda resignarme.
Y
mirando hacia la el resplandor de la farola de mi ventana, pienso que mañana
será otro dia. Me doy media vuelta y me mejor paño de lágrimas es mi almohada.
Alguien desde el cielo me está consolando.