LEVANTARME DE LA CAMA
Es verano llega
la hora de levantarme y vienen a por mí, he sudado mucho durante toda la noche y tengo en los pies un
sudor muy frío. No sé porqué, cuando me intentan poner el calcetín al contacto
de la mano del otro mi pierna sufre un gran espasmo por lo que le hago daño a
mi cuidador. Y eso no me lo perdono bajo
ningún concepto, tengo que intentar colaborar con la persona que me ayuda lo
máximo posible. Cierro los ojos para intentar relajar los pies, y logran
meterme los calcetines. Pero al intentar ponerme los zapatos si la boca es muy
estrecha al intentar meter el pie me pasa igual, me da otro espamo el pie se me
engarrota y le vuelvo hacer daño a mi cuidador. Empieza a renegar, a enfadarse
a perder la paciencia conmigo y lo único que consigue es que me ponga mas tenso
y mas nervioso y espáctico, por lo que a ambos nos dificulta aún más esto tan
básico. Por lo que yo hago la misma
operación, cierro los ojos intento relajar el pie intento llevar mi mente hacia
otra cosa y al fin logran calzarme. Todo esto para una persona “normal”, no tiene
que pensar nada de esto porque lo hace mecánicamente. Hay veces que yo también lo
hago así, simplemente me dejo llevar por la persona que me asiste. Pero hay
otros días que intentar doblegar a mi cerebro, se convierte una verdadera
pesadilla.
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